martes, 22 de enero de 2019

ATREVETE A TRANSFORMAR... DETONADORES.


Atreverse a transformar desde ya...
(MATERIAL PARA LEER, ANALIZAR Y DISCUTIR)
Nuestro ministro ha señalado varias veces que vivimos en un contraste sobre la educación bolivariana. Por un lado, estamos orgullosos de la formidable epopeya de inclusión educativa, del programa de alimentación escolar, de las 5 millones de Canaimas, de los 100 millones de libros de la Colección Bicentenario, de los CBIT, de las nuevas escuelas en los nuevos urbanismos… Por otro, existe una profunda insatisfacción con lo que hacemos en la escuela, en muchos sentidos pareciera que estamos haciendo lo mismo que hace años… Este contraste es el que revela la Consulta Nacional por la Calidad Educativa y es el reto que tenemos hoy… Cambiar la escuela para que esté a la medida de la sociedad que aspiramos.
Puede comenzarse por muchos lados y, de hecho, muchas cosas estamos haciendo…
Desde nuestras escuelas se han impulsado nuevas formas de hacer educación significativa y liberadora, se han realizado esfuerzos importantes para vincular la escuela  con las familias y las comunidades. El testimonio de muchas maestras y maestros permite  evidenciar avances pedagógicos que deben servirnos de base para seguir transformando la educación. Porque, tenemos que decirlo, aún prevalecen en nuestras escuelas las prácticas de la escuela transmisiva, aquella que supone que el niño y la niña no saben nada, la que hace énfasis en el dictado y la copia, la que no ofrece experiencias educativas enriquecedoras. Esta escuela transmisiva es incompatible con los fines constitucionales de la educación que apuntan al pleno desarrollo de las potencialidades humanas y a la construcción de una ciudadanía crítica y participativa.
Tenemos que abrirle espacio a la escuela de la liberación y del trabajo, la escuela de calidad que se revisa y reflexiona, la escuela que se centra en la atención integral de los niños y niñas, que parte de sus intereses, que construye un futuro mejor para esta Patria. El camino de transformación requiere mucho pensamiento, mucho estudio y mucha acción. Necesita de comunidades educativas activas, movilizadas y comprometidas con la educación de sus hijos e hijas. Maestras y maestros que asuman un rol protagónico en empujar, hacer concreta y viva la transformación.


Como la transformación educativa requiere su tiempo, hay que comenzar ya. Estamos en un proceso de transformación curricular, de transformación institucional, de desarrollo de nuevas condiciones de trabajo y una formación permanente de las y los docentes.  Pero las concreciones, en la vida diaria, en el aula, en la escuela,  tienen que ser obra de nosotras y nosotros mismos, los  maestros y maestras venezolanas, de nuestras reflexiones, nuestra comprensión de los procesos educativos, nuestra disposición a arriesgarnos a transformar...
Para eso proponemos esta idea de los detonadores.

DETONADORES
Un detonador o detonante es una cosa o hecho que puede desencadenar una acción o un proceso.
La formación que queremos no la vamos a lograr con lecciones tradicionales, de ésas que combinan las explicaciones breves con los interrogatorios. No lo vamos a lograr con cuestionarios para responder copiando del libro. Ni siquiera con actividades prácticas, cuando estas se hacen siguiendo instrucciones paso-a-paso, con escasa reflexión de los estudiantes ante, durante o al final del proceso.
En este sentido los detonantes son concebidos como ideas, propuestas o tareas que tienen como propósito familiarizarnos con múltiples y diversas realidades del contexto en el que interactuamos, además permiten convertirlas en experiencias transformadoras y significativas para enriquecer los procesos de aprendizaje.
Se estima que los detonadores despiertan inquietudes, interrogantes y acciones en la formas diversas de concebir algunos temas que pueden resultar en actividades más atractivas y placenteras al estudiante.
Estos intentan que nos problematicemos y nos confrontemos con nuestro quehacer pedagógico...
Proponemos en esta lista 15. Antes del inicio del trabajo con los colectivos pedagógicos en los estados, prometemos desarrollar otros.
Son ideas para discutir y reflexionar. Para que se nos ocurran otras ideas. Par ir dándoles cuerpo y plantearnos cambios en nuestra práctica pedagógica, acordes con nuestras convicciones, que estemos dispuestos y dispuestas a emprender.

  1. ¿Podemos mandar tareas para la casa que se puedan hacer en familia y con placer?
Podemos iniciar una discusión sobre esta idea, presentando y discutiendo esta noticia:
En España la CEAPA impulsa huelga de tareas escolares
2 de noviembre de 2016
España.- Hartos de que las tareas les roben tiempo del fin de semana con sus hijos, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) impulsa “La huelga de los deberes” que realizarán los fines de semana de noviembre.
Los alumnos son de escuelas públicas en España de nivel primaria, secundaria y Bachillerato.
España es el quinto país con la mayor carga de tareas para los estudiantes después de Rusia, Italia, Irlanda y Polonia, 6.5 horas a la semana frente a una media de 4,9, según la edición 2012 del informe PISA de educación, elaborado por la OCDE.
Dicha carga no se traduce en un mejor rendimiento de los alumnos españoles.
En cambio, en Finlandia y Corea del Sur, dos de los países con mejores resultados según el informe PISA, el tiempo promedio que le dedican a las tareas es inferior a tres horas.
Tomado de: ciudadania-express.com
Para hacernos una idea más completa de los motivos de la “huelga de los deberes”, agregamos un fragmento de otra noticia al respecto:
Recuperar el tiempo libre
Madrid.- La asociación Ceapa, la principal organización de padres y madres de la escuela pública española, ha convocado una "huelga" de tareas escolares para sus hijos durante los cuatro fines de semana de noviembre con el objetivo de recuperar el tiempo libre de los hijos y, por lo tanto, de las familias.
"El tiempo del fin de semana no es de la escuela, es de la familia", enfatiza el secretario general de Ceapa, José Luis Pazos, en declaraciones a Efe TV, sobre una convocatoria que comienza mañana y que no está exenta de polémica, ya que la rechazan varios sindicatos de maestros y la asociación de padres Concapa (mayoritaria en la educación privada).
La polémica existe en España desde hace tiempo, ya que muchos padres critican la excesiva carga de tareas escolares que los niños tienen encomendados en su tiempo libre y que, según el 48,5 % de los padres, afectan de forma negativa a su vida familiar, según un estudio de la propia Ceapa.
Tomado de: http://elveedordigital.com/ciudadania/item/59505-padres-convocan-en-espana-una-huelga-de-tareas-escolares-para-sus-hijos
Este tema de las tareas escolares, puede abordarse de otros puntos de vista, como los recogidos en este reportaje sobre los “deberes escolares”, donde se comenta la tesis de la profesora catalana Natalia Suárez Fernández:
(...) El estudio tomó como base un compendio de cinco publicaciones científicas (...). Natalia Suárez Fernández realizó además dos estancias de tres meses en el Center on School, Family and Community Partnership and the National Network of Partnership Shools (NNPS) de la Johns Hopkins University de Baltimore (EEUU) (...). De hecho, una de las recomendaciones de su trabajo es tomar como ejemplo este centro a la hora de poner en marcha medidas en el campo de los deberes escolares.
La Universidad de Oviedo continúa en esta línea de investigación con dos grupos de las universidades de A Coruña y de Minho, en Portugal, (...). Un nuevo estudio que este equipo acaba de publicar en Contemporary Educational Psychology, una de las revistas americanas más prestigiosas, indica que los deberes que más contribuyen a un buen rendimiento matemático son aquellos que requieren del alumno “aplicación” a contextos y situaciones distintas a las que aparecen en los libros. Es decir, tareas no repetitivas y con la intención de probar si el estudiante ha comprendido y es capaz de usar el conocimiento que se está trabajando en clase. En resumen, vale más poco y bueno que mucho y superfluo.
Más adelante, el mismo reportaje nos comenta:
Fernández señala que los deberes escolares, que acompañan a los niños desde su más tierna infancia, representan uno de los temas más controvertidos de la vida escolar y no solo para los alumnos sino también para los padres. Esta investigadora añade que, pese a que las tareas para casa han sido y siguen siendo prescritas, existen dudas razonables de que mandar muchos deberes sea esencial para el aprendizaje del alumno.
El estudio revela que las labores para casa son más útiles cuando los niños ya tienen cierto grado de autonomía (...)
La controversia sobre las tareas de los alumnos saltó a la opinión pública en 2006 después de que una madre estadounidense publicara un libro titulado The case against homework, una lucha contra las tareas para casa en Primaria, que hace alusión a los escasos beneficios de los trabajos escolares. El libro incluye afirmaciones tan impactantes como que las tareas son una de las causas de la obesidad infantil porque privan a los niños de la práctica del juego y del deporte.
La polémica llegó a Europa el 26 de marzo de 2012 de la mano de la Federación de Padres de Alumnos de Francia, que convocó una huelga de dos semanas sin deberes en protesta contra los “trabajos forzosos” de sus hijos fuera del horario lectivo. Estos padres argumentaron que los deberes no sirven para nada y causan tensiones en la familia porque obligan a los padres a ejercer de profesores e impiden a los niños dedicar tiempo a la lectura y a otras actividades de ocio. Los padres galos se apoyaron también en su particular cruzada en la prohibición que existe desde 1956 en Francia, y también en España, de poner tareas para casa a los alumnos de entre 6 y 11 años.
Tomado de: http://www.catalunyavanguardista.com/catvan/deberes-y-rendimiento-escolar/
En Nuestra América, este es también un debate abierto, como lo demuestra la siguiente nota de un diario mexicano:
La eliminación de las tareas escolares
por: Leticia Medina
Sin duda el modelo educativo de nuestro país (recordemos que habla de México) no ha dado los resultados esperados, a pesar de las modificaciones constantes que se han dado a los programas de estudio e incluso con todo y Reforma, seguimos reprobando en este apartado. ¿Qué es lo que estamos haciendo mal?
Recientemente, la Organización Mundial de la Salud dio a conocer algunas necesidades en educación, que los gobiernos de todo el mundo deben resolver para el mejor desarrollo de los niños y jóvenes, entre ellas destaca la posibilidad de reducir las labores escolares que maestros destinan para que se cumplan en el hogar.
Ello, tras los argumentos que el Ministerio de Educación de Ecuador presentó ante esta instancia, afirmando y tras varios estudios, que los niños son mejores estudiantes cuando no invierten tanto tiempo en tareas extraoficiales, de ahí que surge este llamado por parte de la OMS para que se eliminen las tareas para alumnos en primaria en el mundo.
El Ministerio de Ecuador por lo pronto, ha decidido reducir las horas de trabajo en casa debido a que los padres de familia así lo solicitaron, por lo que en aquella nación esto se aplicará a partir de enero de 2017.
De acuerdo con las investigaciones realizadas desde 1989 por Harris Cooper (Investigador del Departamento de Psicología de la Universidad de Duke), los alumnos comprenden mejor los temas dentro del salón de clases, que dejándoles tareas, pues esto sólo les quita tiempo, según arguye, para realizar actividades que también son parte de su desarrollo.
Para lograr que las tareas sean eliminadas, se han llevado a cabo pruebas que demuestran que los estudiantes son mejores si sólo invierten una hora en las labores extraoficiales que los que le dedican cuatro.
El caso más sobresaliente en la formación de niños y jóvenes es el de Finlandia. El modelo de educación allá plantea también la necesidad de reducir el tiempo que los alumnos destinan a la realización de las tareas escolares. La justificación: los niños deben tener tiempo para ser niños: disfrutar de las actividades recreativas, culturales, en familia; en pocas palabras, los enseñan a ser felices en todos los planos de su vida.
Dando a leer estos artículos, recogimos los comentarios de un profesor venezolano:
... De verdad, mi mujer que es maestra cuando llega a la casa se consigue con que tiene que ayudar a mi hija por varias horas a terminar la tarea, y a veces se queda la niña despierta hasta que yo llegue, porque las tareas de Matemática son muy difíciles o, por lo menos no las entiende... Los sábados se nos enreda el día y no termina las tareas que se pasan para el domingo y se terminan, entre una cosa y otra, en la noche... No queda tiempo para la vida familiar, y terminamos teniendo el síndrome del domingo por la tarde, en que empezamos a sentirnos culpables por cualquier distracción, porque ya viene el lunes y todavía no está listas las benditas tareas. Creo que afectan la vida familiar y no nos dejan ni siquiera ir al parque o salir de la casa a pasear tranquilos... No dejan el tiempo para que los niños sean niños...
Pensando en estos temas y en el marco del proceso de transformación curricular se organizaron el año escolar pasado los seminarios “Hablemos de Pedagogía”. Uno de los temas era la tarea. En este seminario pudimos escuchar al profesor Humberto González hablando de la “compulsión maquetérica”, que lleva a que muchos de nuestros niños y niñas anden por ahí cargando una maqueta de tarea, generalmente hecha (o peor, mandada a hacer) por los padres o con mucha ayuda de ellos. Olvidando que hay niños que no tienen quien los ayude en la casa, que los materiales implican costos y que la diferencia entre una maqueta y otra puede que se relacione más con los recursos de la familia que con el aprendizaje. Igualmente, se apuntaba que el destino final de la maqueta es botarla, porque no hay espacio en la escuela para exhibirla y, entonces, se les enseña a niñas y niños que el trabajo no vale... ¿por qué no apostar a que las tareas y los trabajos se hagan en clase, acopiando materiales comunes, fomentando la solidaridad, dedicando cada día a mejorar la maqueta o el mapa para que el resultado sea producto del esfuerzo sostenido y la participación colectiva?
Otra intervención en el mismo seminario, esta vez de la profesora Soraya El Achkar, proponía que mandáramos tareas para la familia, que favorezcan el amor y el mejoramiento de las relaciones, que afirmen la responsabilidad y potencialidad educativa de la familia. Proponía por ejemplo, que una tarea para la familia de los más pequeños era garantizar un abrazo diario, una sonrisa y que cada quien cuente lo mejor que le haya pasado en el día, que podíamos tener la tarea de ir al parque o visitar el museo, la de escuchar los cuentos de la abuela, grabarlos y llevarlos para compartirlos en la clase. La unión de la escuela con la familia puede encontrar en la tarea una oportunidad de brindar experiencias de aprendizaje de profundo valor y contribuir activamente a la construcción de una vida mejor.
No son, por supuesto, recetas, pero he aquí algunos elementos para reflexionar e imaginar otra manera de hacer las cosas. Como insistiremos en cada tema, se trata de avanzar en aquellas cosas en las que creamos, que se identifiquen con nuestras convicciones pedagógicas y que nos sintamos listos para poner en práctica.
  2.  Es importantísimo cantar en el aula, las canciones son uno de los usos sociales de la lengua y la lengua escrita.
Leamos primero unos fragmentos de un artículo de Aintzane Cámara[1]:
En la actualidad, nadie pone en duda las infinitas cualidades que posee la música en la educación de los niños, lo que hace de ella que se convierta en un elemento cotidiano en la vida de los seres humanos. El niño y la niña, desde que nacen, entran en contacto con el mundo sonoro que les rodea, dentro del cual se produce abundante música dirigida expresamente al mundo infantil con diferentes finalidades. (...)
En el ámbito escolar, la canción se convierte en el recurso más asequible en el aprendizaje musical del niño. La voz humana es el medio natural por excelencia a través del cual nos expresamos musicalmente y nos comunicamos con los demás. Los niños son musicales por naturaleza y la voz es para ellos uno de sus principales instrumentos para ponerse en contacto con el entorno que les rodea. Además, numerosas fuentes evidencian la estrecha conexión existente entre el sonido vocal y la conciencia de uno mismo. Es por ello por lo que es necesario aprender a usar la voz y desarrollarla adecuadamente para que se convierta en un auténtico medio de expresión.
Sin duda, el canto, sea canción de cuna, romántica, joropo, polo, ópera o galerón, es una actividad tan humana y hermosa, que no necesita explicarse su valor. Sólo por eso debería estar en la escuela presente todo el tiempo. Pero además de las ventajas educativas enumeradas (contacto con la cotidianidad, participación en la cultura, expresión de sentimientos, disfrute estético, contacto con el entorno, recurso accesible, conciencia de uno mismo, aprender a usar la voz), tiene una estrecha relación con la adquisición de la lengua escrita. Como señala Pérez Cortés[2]
... cantar es un medio de amplificar y proyectar la voz, y sirve para hacerla más articulada y audible. Cantar es también un estilo solemne de leer, (...) Además, cantar es el medio más efectivo de impresionar al oído y a la memoria con aquello que es leído, porque con sus entonaciones, pausas y ritmos, el canto provee una vía más gratificante para el oyente (...). Es la estrecha asociación entre lectura y canto la que hizo que en los primeros siglos cristianos la figura del lector y la del cantor se confundieran. No fue sino hasta el siglo IV D.C. que surgió el oficio específico de cantor...
La canción guarda en sí algunas de las propiedades de la lengua escrita. Por una parte, a diferencia de lo dicho en una conversación, el texto de una canción se recuerda y se difunde mucho más allá del momento de su producción. En segundo lugar, al componer una canción se planifica, corrige y revisa el lenguaje, de manera que la letra de una canción se diferencia claramente de un texto oral espontáneo, pues ha sido revisado por el autor antes de ser comunicado y supone un compromiso similar que el texto escrito. Y además, la letra de una canción (y parece que se llama letra precisamente porque es como un texto leído, en que se reproducen palabras escritas por otro) no requiere para escucharla o cantarla de la presencia del autor, de sus gestos complementarios o de sus explicaciones.
Cantar es una forma de leer. Y eso lo entienden quienes quieren cantar y ensayar una canción, por lo que muchas veces se recurre a escribir, copiar o reproducir la letra de la canción. La canción que se canta en la escuela, que el niño o la niña cantan y disfrutan, necesita escribirse y la puede enseñar en la casa para que otros la conozcan, la conserven y la canten. Es un texto con sentido que vale la pena copiar y leer. No como las repeticiones de letras y sílabas y las frases artificiales de las cartillas.
  3.  El dibujo libre y el texto libre son más liberadores que el dibujo esclavo y el texto esclavo
El Texto Libre es una obra clásica del maestro francés Célestin Freinet. El texto libre no es más que eso: “textos pensados, redactados y escritos por los propios niños”[3], por las propias niñas. Pero, como resalta el propio Freinet, esa idea nació “desafiando una concepción pedagógica general y universal que está muy lejos de haber desaparecido”. Una concepción que se basa en que el niño no sabe. Las ilustraciones que cita Freinet sobre esa vetusta  concepción pedagógica son claras:
-Tonterías de niños... me decían los camaradas de Niza a quienes mostraba clandestina y tímidamente mis primeros intentos...
- ¡Textos de niños!, escribían en las revistas pedagógicas. Ya sabemos, por desgracia, lo que los niños pueden producir en su pobre cerebro si no les ayudamos (…)
Estas, por supuesto, son frases de los años veinte del siglo pasado, pero ¿no es cierto que algunos todavía piensan así?
Como atestigua Freinet: “Teníamos razones para el desaliento”. No obstante, nuestro maestro encontró quien sostuviera sus convicciones y esfuerzos:
 ¿Quién nos ha sostenido, renovando cada día la seguridad de que estábamos en el camino correcto y en un camino fecundo que nos reservaba reconfortantes sorpresas? ¡Los niños!
Nos dimos cuenta de que estábamos trabajando en un terreno sólido. Los alumnos más rebeldes a la enseñanza tradicional a base de manuales para adultos, se aficionaron definitivamente a estas prácticas hechas a su medida y a esas expresiones de vida que les resituaban al fin en su medio; comenzaban a hablar, más tarde a escribir; los ojos brillaban; la inteligencia comenzaba a despertar.
Se abrían ante nosotros infinitas posibilidades porque habíamos reencontrado la vida. Y cada vez que hicimos la misma prueba de los niños, fuera de todo contexto escolástico, siempre obtuvimos el mismo éxito total.
Freinet nos ofrece un resumen de sus avances y del valor del texto libre:
Durante veinte años, no sin dramáticos sacrificios de dinero (para publicar los textos e imprimir el periódico escolar), hemos facilitado innumerables ejemplos de las riquezas que son capaces de ofrecernos los niños que por fin tienen la posibilidad de interesarse por su medio ambiente y de decirnos en la forma que mejor convenga a su temperamento -prosa o poesía, canto, dibujo, encuestas, cuentos, realizaciones manuales- sus verdaderas necesidades sobre las que podremos construir una inquebrantable pedagogía.
Los escoliastras intentaron borrar de la vida la expresión infantil que es un encanto consustancial a la infancia y sin el cual no se pueden construir ulteriores conquistas. Nosotros restablecemos las vías naturales de las que nadie se separa sin riesgo.
La batalla ha sido dura. Si los niños fueron ganados en su conjunto, los educadores siempre han sido reticentes.
(…)
Los textos de niños, el pensamiento y las obras de niños, ya tienen derecho de ciudadanía. Los textos escolares defienden ásperamente sus prerrogativas, pero hoy se admite que los niños puedan apasionarse escribiendo sus textos y leyendo las historias vivas de otros niños. Se ha consumado una revolución cuyas consecuencias tendrán repercusiones importantes en el nuevo clima de la escuela y en el comportamiento de los educadores.
Pero no nos engañemos. El favor del que goza actualmente el texto libre, aun en las esferas oficiales, no es un don del cielo, sino una lenta conquista de los educadores de nuestro movimiento, que han demostrado, por sus realizaciones, el esplendor de la nueva obra.
Ahora ya sabemos que la expresión libre:
·         Apasiona a los niños, y no solamente a los autores sino también a los lectores, sobre todo si pueden, por su parte, convertirse en autores.
·         Les abre afectiva y pedagógicamente al conocimiento de los elementos fundamentales de la cultura.
·         Se presta, por tanto, especialmente a la expresión pedagógica que recomendamos.
·         Cambia la atmósfera de la clase, cambiando especialmente las relaciones con el medio y estimula, por la vía práctica, a que los educadores consideren al niño no como prototipo artificial diseñado por la escolástica sino como el eminente valor de la flor que va a despuntar y cuyo fruto debemos cuidar
Unos fragmentos del libro de Francesco Tonucci, ¿Enseñar o aprender?[4], nos sirven para ilustrar este aspecto:
La escuela tiene que renunciar a un monopolio que no le corresponde, que no es capaz de garantizar y que la expone a una serie de contradicciones. Debe reencontrar su función específica, por otra parte insustituible, que consiste en permitir que un grupo de alumnos, en dinámica confrontación y cooperación recíproca, junto con adultos competentes, en un lugar adecuado, desarrollen a los máximos niveles posibles las capacidades cognitivas de cada uno, elaborando sus propias experiencias y utilizando todos los lenguajes (de los expresivos a los formales) y todas las dimensiones de su propia personalidad (emotivas, creativas, lógicas).
(...) la escuela obligatoria debe ser capaz de poner a disposición de todos sus alumnos los instrumentos fundamentales para un conocimiento consciente, actualizado y crítico de la realidad. Debe saber ofrecer las motivaciones, las competencias y los instrumentos que servirán también mañana, en un futuro que nosotros hoy día no podemos conocer, y en el cual no viviremos y en donde los niños de hoy deberán poner a prueba los beneficios de la escuela.
(...) Para ello hace falta un proyecto educativo integrado, que prevea la propuesta y la organización de experiencias significativas fuera de la escuela, a cargo de entidades no escolares y con características absolutamente no escolares. La ciudad, las organizaciones sociales, las asociaciones, las estructuras productivas y culturales públicas y privadas tienen que redescubrir al niño y ofrecerle espacios, itinerarios, posibilidades de conocimiento, de contacto, de experiencia.
Rompiendo con las viejas tradiciones académicos y sin imitar modelos escolares, se pueden proponer experiencias que ofrecer al niño como tal y en la escuela. Me refiero al parque natural, al museo científico, al museo para niños, a los laboratorios ubicados en teatros, museos, universidades, a las granjas-escuela, al supermercado, a la ciudad con su historia, su dialecto, su estructura urbanística...
Para que no se quede en mera recomendación, Tonucci nos cuenta también algunas experiencias, en la ciudad italiana de Turin:
La ciudad no es solamente el monstruo de cemento que ha condenado a los chicos a vivir como pájaros enjaulados: puede ser diferente si utilizamos los espacios que ya existen y otros que habría que recuperar con intervenciones urbanísticas programadas. Además, la ciudad es también su propia historia, con todos los estímulos culturales que solamente ella puede ofrecer.
Esta es una de esas “oportunidades educativas que puede ser utilizada al más alto nivel”, frente a las cuales resulta ridícula la acusación de “tentar” a las familias a abandonar a sus hijos durante diez horas en la escuela. (...)
Apenas habíamos lanzado la convocatoria y ya una sonrisa encantadora se dibujaba en los despachos del Ayuntamiento (...) Despachos y servicios municipales estaban dispuestos con sus empresas municipalizadas, a convertirse en oportunidades educativas. Al cabo de pocos días, un regalo-sorpresa: el registro civil. ¿Quién podía imaginar, aun siendo optimistas como nosotros, que el despacho del registro civil, reunión de chupatintas de toda la vida, era una mina tan viva e interesante por descubrir y donde excavar?
Como si no tuviera otra idea en la cabeza desde hace mucho tiempo, el concejal de Medio Ambiente nos propone para los viernes la visita al colector en construcción. Con impermeables y cascos entramos en galerías y “trincheras”. Luego, otra idea, la “lectura de la sección de la ciudad”, a través de sus vías de alimentación (agua, gas, luz, teléfonos) y de eliminación de residuos (cloacas).
Era obligada la presencia, original y atenta, del concejal de Cultura, que ofrecía una serie de animadas visitas y de experimentos didácticos en las bibliotecas y en los museos municipales.
Por turnos”, el concejal de Hacienda nos propone una vista al mercado de fruta y verdura, y al matadero. Abastecer una gran ciudad, ¡qué empresa! Millones de toneladas de comida, desde la fruta a la verdura y a la carne. Observar, apuntar, comparar calidad y precios entre el mercado y las tiendas del barrio, y con el gran supermercado deslumbrante, rebosante de colores, de voces, de olores y de movimiento.
También el Instituto Técnico Agrario Municipal está dispuesto a ofrecer al profesorado, personal técnico y la explotación agraria anexa para llevar a cabo momentos de estudio y de actividad de los más estimulantes: cultivos de hierbas y árboles, máquinas, pequeñas zonas cultivadas y zootecnia. ¡Por fin, los niños dejarán de creer que la leche la “hace” la Central Lechera!
Más “municipales” todavía: el deporte; la empresa municipal de aguas; la productora de electricidad, con visitas comentadas a la central; la Compañía de Transportes, que nos invita a visitar el terminal y, para los más pequeños, recupera y pone en marcha un viejo tranvía, el 116. ¡Suyo durante todo el día!
(...)
Más estimulante y emocionante -sí, creo que ésta es la palabra- fue todavía recoger las respuestas a “Fuera los muros”: arrastrados por los bomberos, inmediatamente abiertos y entusiastas, presentaron su adhesión la Comisaría, la Escuela de Alumnos Policías, la Región Militar noroeste y la ENEL (Ente Nacional para la Energía Eléctrica), el parque zoológico, la central de leche, la RAI (Radio Televisión Italiana) con sus centros de producción y la sala de conciertos, los ferrocarriles estatales con la gran estación Puerta Nueva. Y, para terminar, las editoriales turinesas Einaudi y SEI con toda su organización y las oficinas gráficas.
(...)
La propuesta de la administración municipal obtuvo gran cantidad de respuestas por parte de entidades públicas y privadas que ponían a disposición recursos e ideas para contribuir a la educación de los niños fuera de la escuela (...)
Como ejemplo del valor de estas experiencias he escogido una muy sencilla, sin ninguna pretensión de “enseñanza”, y por ello especialmente significativa.
La asociación de panaderos turineses invitó a los niños de las escuelas a sus tahonas para hacer pan. La invitación era, como es costumbre en este trabajo, para la mañana temprano, hacia las siete, una hora antes del comienzo de clases. Ayudados y aleccionados por los panaderos, los niños amasaban, manipulaban, moldeaban los panecillos, los horneaban, esperaban que estuvieran cocidos, los cogían bien calentitos y se los comían camino de la escuela.
Una experiencia muy simple pero que merece algún comentario:
a) La experiencia es coherentemente “no escolar”: nadie la enseña, se aprende haciéndola, con los materiales de verdad, con las manos, con el fuego.
b) Lo excepcional del horario reviste de encanto y originalidad esta propuesta, y es del todo coherente con la profesión que queremos conocer, la de los panaderos que, efectivamente, están ya trabajando antes de que nosotros nos levantemos.
c) La experiencia no se verifica con una discusión o a través de un cuestionario, sino comiéndose un panecillo todavía caliente, apreciando su olor, su sabor.
d) Si quiere, la escuela puede partir de esta experiencia para profundizar, analizar, estudiar; pero esa experiencia, simple y directa, mantiene su significado y su valor: seguro que los niños que a las siete de la mañana fueron a hacer pan entendieron cosas que la escuela difícilmente puede enseñarles.
  5.  Si vamos a hacer una maqueta, que tengamos donde ponerla:
Seguro que en la escuela has visto a niños y niñas llevando orgullosos sus maquetas escolares para que les sean evaluadas, cada una más linda que la otra. Pero en la mayoría de los casos, una vez que reciben la calificación, la maqueta comienza a perder vistosidad e importancia para los estudiantes, sus padres, madres, representantes o responsables. Ya no parecen tan bonitas y comienzan a incomodar hasta deteriorarse. En la escuela dicen que tienen no pueden guardarla... ¿y en la casa, dónde la colocamos para que no estorbe..?
Por eso nos preguntamos ¿cómo unos trabajos tan maravillosos pueden tener tan triste final?  ¿Por qué es tan banal y efímero su valor? ¿Para qué le sirve a un estudiante hacer una maqueta? ¿Se trata de confeccionar un proyecto de arquitectura en la escuela?
La maqueta permite que los conocimientos se capten a través de los cinco sentidos, ayudando a que se internalicen con gran facilidad en su mente.
A través de la maqueta, los niños plasman lo que imaginan y ven, experimentan la recreación de un concepto o reproducen figuras de revistas y láminas en tres dimensiones. Esto les desarrolla su percepción espacial, nociones de proporcionalidad y ubicación, comprensión de procesos, etc.
¿Que sus familiares los ayudan? Es cierto, y eso no está mal. Hacer una maqueta es una actividad muy laboriosa y requiere acompañamiento durante su desarrollo, sobre todo cuando lo hace por primera vez y su cabecita se llena de dudas, entonces la solidaridad familiar es muy importante.
Por ejemplo, si los padres, madres o familiares programan junto con los estudiantes la tarea para varios días, será divertido para todos. Un día para conversar de qué se trata; otro día o días a conseguir los materiales y los demás a construir el proyecto.
Sin embargo, algunas veces se piden las tareas de un día para otro y en ocasiones son los familiares quienes compran o hacen la maqueta, pero lo cierto es que el orgullo que se pintará en el rostro de los niños y niñas con algo hecho por ellos mismos, no tiene precio.
¿No será mucho mejor que la maqueta se haga en la escuela con los materiales que tenemos al alcance?  ¿Y si creamos una caja mágica con materiales que podamos conservar en el salón? ¿Creen que alguien se la pueda robar si lo que tiene la caja son palitos, tapitas, retazos de telas, periódicos, ramas secas, semillas, cortezas de árboles, caracoles, piedras, flores.
Solamente recoger y clasificar los materiales puede ser una actividad de alto valor pedagógico. 
  6. Cadáver exquisito:
Quizás ya no se practica, pero hace algún tiempo era común ver en las escuelas un juego de palabras por medio del cual se creaban frases o relatos, que permitían extraer de una imagen muchas otras. Se relaciona, como lo señala ROBERT IRWIN:
 ... con una técnica usada por el Movimiento Surrealistas en 1925, y se basa en un viejo juego de mesa llamado "consecuencias" en el cual los jugadores escribían por turno en una hoja de papel, la doblaban para cubrir parte de la escritura, y después la pasaban al siguiente jugador. El nombre se deriva de una frase que surgió cuando fue jugado por primera vez en francés: «Le cadavre - exquis - boira - le vin - nouveau» (El cadáver exquisito beberá el vino nuevo).
Es un juego muy similar a lo que nosotros llamábamos “El abanico” o “El acordeón”, ya que puede ser jugado por un grupo de estudiantes, quienes escriben o dibujan una composición en secuencia. Cada persona escribe un verso sin saber lo que escribieron los jugadores anteriores.  En resumidas cuentas se combinan cosas de una idea agregando elementos de otra. Es una construcción colectiva.
Cuando cursé mi primaria era una de mis atracciones preferidas. Un momento emotivo y lleno de fantasía. La experiencia genera una sensación de libertad para crear, de donde surgen temas y hasta relatos que, alimentados por nuestra imaginación, resultan un divertido episodio o el inicio de historias maravillosas.   
Como recuerda Juan Antonio Calzadilla, premio nacional de literatura(*) : “La poesía suena”.
El efecto poético, la poesía de una frase, surge de un uso inusual del lenguaje. La poesía hace sonar el lenguaje como no suena en nuestro uso corriente (...) Nadie se detiene ante las palabras que emitimos todos los día. La poesía, en cambio, hace sonar el lenguaje de otra manera, hace que nos detengamos ante la palabra.[5]
Los niños pequeños pueden comenzar con “pareos”  como los que transcribe Carmen Díez Navarro, en La oreja verde de la Escuela:
El diplodocus tiene un lotus
Dragón, eres un cagón
Reptil eres un pillín
Dragoncín,  azuquín
Y  como nos sigue contando la maestra Carmen, estos versos cortos pueden convertirse en una canción “aglutinadora y festiva”:
Queremos un diplodocus (tres veces)
con un lacito azul(bis)
con un letrero que diga(tres veces)
¡Ay Dios , que guapo soy¡(bis)

  7. Grandes y chiquitos:

A menudo, cuando se plantea el tema de la educación, de cómo debería ser y cómo no debería ser, se olvida que la educación es el resultado de un complejo proceso social. Y el ambiente escolar, en particular, es un espacio de rica, diversa y permanente interacción humana, donde los diferentes grupos etarios se funden en una masa heterogénea de personalidades y posibilidades.
Sin embargo, gran parte del sistema escolar se fundamenta en la separación de los niños por edades. Esto se fundamenta en la idea de “juntar a niños del mismo nivel”. Cada niño es asignado a su grado estrictamente según su edad cronológica. A cada grado se asignan pautas de enseñanza, objetivos, tipos de conocimiento y habilidades específicas.
Los que defienden esta idea de separación también defienden la enseñanza en serie, como en una fábrica. Aseguran que se debe enseñar a todos lo mismo, y con un mismo método. Por eso desean que sus alumnos estén todos “al mismo nivel de comprensión y conocimiento”.
 Pero la realidad demuestra que esto no funciona así. La madurez entre niños de una misma edad varía de uno a otro. Dice un viejo principio pedagógico que no es saludable comparar a los niños entre sí: “Pedro es más inteligente que Arnaldo; Carla es más obediente que su hermana; Felipe es mejor deportista que Juan; Anita es más bonita que Fabiola …” Además, en una determinada sección de tercer grado, por ejemplo, podría haber niños que están tan avanzados en matemáticas como los niños de quinto grado, mientras otros niños de la misma edad están todavía en la etapa intuitiva y no pueden encontrar ningún sentido en los números que tienen que escribir en sus cuadernos. Por otro lado, podríamos encontrar que Pedrito, que está más maduro en su pensamiento matemático, no necesariamente lo está en su lenguaje o en sus habilidades manuales, y viceversa.
Además, la separación de los niños por grados incentiva una mentalidad de competencia que es antisocial. Puesto que, en la teoría, todos deberían estar “al mismo nivel”, un niño que se queda “atrás” se considera fracasado. Los niños compiten entre ellos por alcanzar o superar este “nivel” imaginario. Los pocos que están en la punta, desarrollan orgullo y egoísmo. Los muchos que se quedan “atrás”, se desaniman, pierden su autoestima y su deseo natural de aprender. En su lugar adquieren una motivación no natural: Estudian para no ser ridiculizados, o para no tener que repetir el año; pero ya no por el deseo de saber y entender. En un sistema así, los alumnos son masificados: pierden su individualidad y su personalidad propia. Ya no valoran su propia manera de ser; ya no pueden entender que es normal que cada niño es diferente. En vez de ver la diversidad como un valor, la ven como un defecto. En vez de ayudarse mutuamente, compiten todos contra todos. A los niños no se les permiten los beneficios de tener hermanos mayores y menores.
Un caso muy común de convivencia de estudiantes de distintas edades son las escuelas multigrado, las cuales no deben ser consideradas como “soluciones de emergencia”. Las escuelas multigrado están más cerca del modelo familiar, y  permiten a cada niño avanzar según su ritmo individual. Los alumnos escogen sus actividades, temas y materiales de acuerdo a su propio nivel de comprensión. (Vea “Pedagogía de la escuela activa”.)
En 1959, Goodlad y Anderson publicaron evidencia irrefutable de que el sistema de aulas por grado (inventado en 1847 y adaptado de un sistema militar prusiano de 1536) está equivocado. La Investigación Medford de Crecimiento y Desarrollo del Niño, llevada a cabo durante doce años por la Universidad de Oregon (1957-1969), demostró que entre los “alumnos de séptimo grado” existe una variación fisiológica de seis años: Algunos niños de una edad cronológica de 12 años, tienen fisiológicamente solo 9 o 10 años, mientras otros tienen un desarrollo correspondiente a los 14 o 15 años. (…) La variación “académica” entre los “alumnos de séptimo grado” refleja una gama de diez años en el rendimiento – desde puntajes correspondientes al tercer grado hasta el décimo tercer grado según exámenes tradicionales estatales. No puede existir una clasificación de “séptimo grado” [basada en la edad cronológica], sin embargo, sigue persistiendo hasta hoy como si fuera un edicto de los dioses.”
(Don Glines: “Cien años de guerra contra el aprendizaje”)
Los grupos estables en el marco del Proceso de Transformación Curricular permiten desde las prácticas educativas sencillas y cotidianas ser establecido por el colectivo escolar donde los distintos participantes pueden tener diversas edades y diversos saberes. (p.135).
¿No será recomendable que la escuela promueva actividades donde participen y se integren distintos grupos de edad?
  8. ¿De qué color es el cielo? ¿Por qué siempre usamos papel blanco?
El maestro Simón Rodríguez despertaba el espíritu observador en sus estudiantes, estimulando la curiosidad y la indagación de cualquier hecho natural, incluso de sus propios cuerpos, como una vía para comprender, entre otras cosas, las interrelaciones de la naturaleza, la relación causa-efecto de los fenómenos físicos, químicos, biológicos y la trama de la vida. Con esto queremos hacer notar la importancia que tiene la estimulación de los procesos de observación, indagación y experimentación como hábitos que conduzcan a una actitud favorable hacia el trabajo científico. Sin embargo, cabe preguntarse: ¿Ciencia para qué? ¿Cómo entendemos el trabajo científico los docentes?  ¿Qué concepción de ciencia estamos promoviendo en los niños?   
Como dijera Henry Giroux: “...potenciar alumnos críticos de forma que estos puedan interpretar críticamente el mundo y si fuera necesario, cambiarlo..”
  9. ¿Y si las maestras y maestros también leemos..?
Por mucho tiempo hemos escuchado que los maestros son simples consumidores de conocimientos que otros producen, de teorías y modelos que elaborados en universidades o de soluciones prefabricadas que aparecen en los libros de texto y los materiales educativos. Su función queda limitada a poner en práctica los resultados de estas teorías o a administrar los programas que otros diseñan para ellos.
Al decir de Eliot (1990):
...“la buena docencia dependería de ser un técnico competente o sea, de que la persona en cuestión aplique adecuadamente reglas generales que contemplan todos los aspectos de la situación...” (Elliot, 1990:177)
De manera que, darle a los maestros lectores la importancia que merecen implica también reconocer que tienen cosas importantes que decir, y que valorar sus formas propias de conocimiento. El maestro que lee posee gran capacidad de información, un enorme potencial intelectual y creativo, un amplio panorama del saber, no sólo para alimentar el diálogo educativo como forma de divulgar y compartir con sus estudiantes, sino también como herramienta intelectual para reconstruir la experiencia, y  tomar distancia de ella para pensarla, enriquecerla o transformarla.
Pero ojo, lo que el maestro nos comunica no es simplemente el recuento de una lectura, sino el resultado de un ejercicio reflexivo de su experiencia, en el que la lectura actúa como elemento mediador. ¿Acaso nuestro pensamiento es el mismo luego de una lectura?  ¿La escritura no constituye un instrumento intelectual que aquilata nuestros saberes? 
  10. La ciudad como espacio para aprender:

El mundo de hoy gira, fundamentalmente, en torno a la vida en la ciudad. La ciudad es hoy el núcleo fundamental donde se materializan las relaciones humanas; ello indica que la ciudad es un espacio pedagógico por excelencia.  Toda ciudad es educadora.
En este sentido, la escuela que se asume como parte de la ciudad y que asume la ciudad como parte de ella, es dinámica, participativa, productiva, innovadora, cultural. De manera que ese espacio de vida, junto al conjunto de bienes muebles, inmuebles, paisajísticos, de interacciones y manifestaciones, que se consideran relevantes para la sociedad, ya sea por su genialidad, excepcionalidad, antigüedad, etcétera, es un espacio de enseñanza-aprendizaje, un centro de valores y recursos que nos ofrece una inmensa riqueza pedagógica.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que la realidad de nuestras ciudades es también nuestra realidad y en esencia, las creencias, tradiciones, organizaciones, costumbres alimentarias, actividades económicas, tecnologías, artefactos, preferencias culturales, etc., se configuraron hace decenas, centenares o miles de años. De manera que la coerción que ejerce la historia sobre nuestro presente es determinante. La historia es un aspecto del cual ningún pueblo o grupo humano puede prescindir y  por tanto, es de obligatorio tratamiento en la escuela.
Conocemos escuelas que practican una gran cantidad de actividades educativas cuyos objetivos pueden ser de carácter ético y de educación para la ciudadanía. Como potenciar y desarrollar valores, formas de comportamiento en espacios públicos, normas de tránsito y maneras distintas de ver la realidad. Actividades que van desde la adopción de jardines y espacios públicos para su mantenimiento, hasta la recogida de basura, latas y plásticos en las plazas o en el cauce de un río.
Ahora bien, ¿Qué actividades educativas ofrece la ciudad a la escuela? Y ¿Qué actividades educativas ofrece la escuela a la ciudad?
En este orden de ideas, la tecnología permite transformar nuestras ciudades en auténticos museos al aire libre mediante la introducción de iconografía didáctica, paneles, módulos de intermediación que, integrados en el mobiliario urbano, ejercen un papel educador altamente eficaz. Asimismo, existen sistemas electrónicos que permiten al ciudadano entrar en contacto con el patrimonio en el momento en que lo desee. En estos casos ¿En qué consiste nuestra labor educativa con respecto a la ciudad?
  11. Hablen lo menos posible:
Alguien dijo alguna vez que la palabra es vida. Y de acuerdo con Freire educar es compartir la palabra.  Sin embargo, en muchas de nuestras escuelas hay unas reglas y un marco de convivencia que hace de niños y  niñas con estas características sean etiquetados y etiquetadas como alumnos y alumnas problema, que molestan al maestro y al resto del grupo que aprende a callar. “¿Cómo puede atender a las indicaciones del docente si no para de hablar?  y en definitiva,  es excluido y empujado al fracaso escolar.
Se dice por ejemplo, que “el niño charlatán pone en entredicho la autoridad y la legitimidad del profesor. A menudo, se establece un pulso entre el niño y el adulto, (Geneviève Henry). Pero el charlatán también puede provocar el rechazo de sus compañeros si les impide constantemente escuchar y seguir la clase”.
De manera que a muchos de nuestros  docentes, gobernados por el programa y el cumplimiento administrativo, les parece desagradable tener un estudiante que habla, que pregunta y al que le gusta contar lo que vive y lo que hace, porque no le permite cumplir su “planificación” y no le permite quedar bien con el directivo. Por eso es común escucharlos en sus aulas: “Hablen lo menos posible”.  No obstante, los niños y niñas son seres humanos que necesitan expresarse y comunicarse. Y además son sujetos de derecho que también tienen cosas que decir.
Por tanto sería interesante conocer ¿Qué hay detrás de esa necesidad de expresarse continuamente?  ¿No sería lógico generar las condiciones para que todos pudiéramos expresarnos, con respeto, pero sin temor…?
Muchas veces, es producto del aburrimiento. En algunos, es signo de precocidad: ya saben lo que explica el docente y necesita más.
FREIRE “¿Cómo puedo yo, en verdad, continuar hablando del respeto a la dignidad del educando si lo trato con ironía, si lo discrimino, si lo inhibo con mi arrogancia? ¿Cómo puedo continuar hablando de mi respeto al educando si el testimonio que doy es el de la irresponsabilidad, el de quien no se prepara u organiza para su práctica, el de quien no lucha por sus derechos ni protesta contra las injusticias? La práctica docente, específicamente humana, es profundamente formadora y, por eso, ética. Si no se puede esperar que sus agentes sean ángeles, se puede y se debe exigir de ellos seriedad y rectitud.
  12. El grupo de salsa como grupo estable: ( Salsa? Puede ser joropo, tambores, llanera, gaitas, tamunangue...otros):
Nunca pude, a lo largo de toda mi vida, resignarme al saber parcelado, nunca pude aislar un objeto de estudio de su contexto, de sus antecedentes, de su devenir. He aspirado siempre a un pensamiento multidimensional. Nunca he querido reducir a la fuerza la incertidumbre y la ambigüedad. Edgar Morin. Introducción al pensamiento complejo”. Gedisa. Barcelona, España 1997 (p.23) tomado de cuadernos de pedagogía N° 10 Proyectos estudiantiles en la escuela y el liceo. Editorial laboratorio estudiantil. Año enero 2008) autor: La Cueva Aurora. 
            Los grupos estables como estrategia implican la creación de un conjunto de experiencias, aprendizajes, acciones, situaciones educativas que permitan el desarrollo de estas potencialidades, en un proceso de ejercicio de nuestras capacidades.
            Esta interesante iniciativa rompe con la separación de los estudiantes por grado, se trata de constituir grupos inter cursos con estudiantes de diferentes edades quienes desarrollan proyectos en horas especiales, según su preferencia temática. El grupo puede ser de cualquier género musical de acuerdo a su realidad  y contexto. La intención de estos grupos heterogéneos enriquece la formación de todos y todas.
  13. ¿Cuánto mide el mar?
            Este detonante nos permite como docentes realizar comparaciones, en nuestras clases si el contexto geográfico se encuentra cerca y hasta lejos del mar...podemos inspirar a los estudiantes hacer un recorrido mental de como por ejemplo los niños de una comunidad indígena en el estado amazonas, pueden imaginarse el mar...cuando ellos en su contexto viven cerca de los caños y ríos.
Si vives cerca del mar  o tienen ocasión  de visitarlo, pueden explorar este rico ecosistema. Podemos hacer preguntas como las siguientes: ¿Cómo es la playa que encontramos? arenosa, con lodo, rocosa? Si existe arena, de tamaño son sus granos? ¿ hay olas?  ¿De qué tamaño y fuerza son? En las playas rocosas, los charcos que se forman entre las rocas son ambientes ricos en vida animal y vegetal. ¿ hay muestras de contaminación en la playa estudiada? ¿ de qué tipo? Cuan grave es , o son los problemas?
  14. Las notas y las calificaciones son siempre un error.
Las notas y las calificaciones son siempre un error, como detonador, permite visualizar como la calificación es con frecuencia un obstáculo, al menos en la escuela básica, ya que lejos de ayudar, entraba, crea jerarquías que enturbian el ambiente escolar. Los y las estudiantes son más que una nota, aunque no se les quiera etiquetar, se les termina etiquetando. La calificación actúa además como un perjudicial refuerzo extrínseco del aprendizaje escolar (1980, pp.(108-109) :
liberar a los niños y las niñas de la recompensa de la nota (....) significa aproximar el trabajo escolar a los intereses, de los niños, se cree preferiblemente en los juicios cualitativos, razonados del docente que orienta sobre lo alcanzado y lo que falta por lograr, y evitar la artificial ordenación de los estudiantes  a partir de las notas. Estos juicios pueden ser orales y escritos. (p. 130) Ciencia y tecnología en la escuela. La Cueva Aurora. Editorial popular. Editorial laboratorio educativo. Año (2006) segunda edición.

  15. El álbum familiar.
            Toda persona es producto de su sociedad y cultura (Chinoy, 1966; Fichter, 1982). En la familia, el desarrollo individual se logra a través de una comunicación constante entre personas que comparten una vida común, cuya interrelación permite trasmitir los elementos fundamentales (Light, Keller y Calhoun, 1992).
            Es así, como a la hora de realizar el álbum familiar como una asignación para la casa, debemos tomar  en cuenta algunos elementos importantes tales como hacen referencia los autores citados y que representan la convivencia de las familias.
A través de la psicología social y la dinámica de grupos se manejan conceptos útiles para comprender la dinámica familiar como estatus social (posición de cada persona en el grupo) rol social (funciones específicas en la interrelación del grupo), normas ( reglas que definen las pautas del comportamiento), comunicación (modo como se intercambia la formación) territorialidad y espacio personal (área espacial que rodea al individuo y que el considera privada), toma de decisiones (elección entre varias opciones), afecto (relación emocional positiva con las personas), valores (criterios de acuerdo con los cuales se juzga la importancia de las personas, objetos, pautas y otros objetos sociales) y tamaño del grupo (número de personas que la constituyen). Estos conceptos permiten conocer la estructura y procesos de los grupos familiares es decir, la forma como se organizan e interactúan sus miembros
            ¿Será interesante dentro de la dinámica familiar conocer los elementos, afectos, valores y criterios, para la elaboración  del álbum, o sólo solicitar a los niños que traigan un álbum frio y sin sentido con fotografías de bebe y de la familia?
Tomado de: La Nueva Ciencia su desafío, lógica y método. Miguel Martínez Miguelez. Editorial Tillas 1999.


[1]          . Camara Izagirre, Aintzane, La actividad de cantar en la escuela: una práctica en desuso. Revista de Psicodidáctica [en linea] 2004, ( ): [Fecha de consulta: 18 de noviembre de 2016] Disponible en: ISSN 1136-1034
[2]                    . Pérez Cortés, Sergio. Leer, oír, cantar. El lector en la antigüedad. Alteridades, vol. 10, núm. 20, julio-diciembre, 2000, pp. 117-127. Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa Distrito Federal, México.
[3]                    . De aquí en adelante, en este aparte, todas las citas son de El Texto Libre de Célestin Freinet 
[4]             . Este libro debe estar disponible en la Biblioteca de la Maestra y el Maestro en todos los Centros Locales de Investigación y Formación.
[5]             .Tomado de “Crear con la palabra” . Modulo para talleres de escritura y lectura de Juan Antonio Calzadilla Arreaza. Narrador, investigador, promotor de lectura y poeta venezolano, ampliamente premiado.

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